Y concretamente el 31 de Julio de 1979 se registró. creo que el mayor de los terremotos de esas fechas, precisamente cuando ya nos íbamos a la cama para madrugar porque a la mañana siguiente salíamos para disfrutar nuestras vacaciones del mes de agosto.
Recuerdo que nosotros nos íbamos a Bubión, como lo habíamos hecho el año anterior y lo haríamos un año después. Pues bien, fue tan fuerte la sacudida, que aunque teníamos a los niños ya acostados, los levantamos para irnos a la Plaza de Fontiveros que era un hervidero de gente con sillas, hamacas y hasta colchones, dispuestos para pasar la noche.
Nuestros hijos tenían en aquel momento, 5, 3 y 1 año.
Después de estar un rato algunas horas en la plaza, no nos lo pensamos dos veces, y aunque con cieerto miedo en volver de nuevo al piso y subiendo las escaleras hasta la octava planta, por aquello de que era peligroso coger los ascensores y cargando todo lo que nos llevábamos a las vacaciones en la Alpujarra, hacia las una de la madrugada emprendimos la huída. Nos acompañaban en esa "huída" nuestros amigos y vecinos Rafa y Mari (Apestegui) que se iban a Almuñecar.
A la llegada al cruce de Lanjarón nos siguieron y la idea era pasar en este pueblo parte de la noche y de madrugada cada uno seguiríamos nuestra ruta. Pero nos encontramos que en Lanjarón no había ni un solo bar abierto ese día y a esa hora.
Así que después de pasar varias horas en los coches, antes de que amaneciera emprendimos la marcha.
Nosotros llegamos hacia las seis y media y las siete de la mañana a nuestro destino. Era una casa frente al Bar Teide. Pero no queríamos llamar a la casa donde nos íbamos a hospedar durante todo el mes por la hora temprana. Pero la dueña estaba alerta y apenas nos vio llegar nos abrió la puerta y pudimos entrar a descansar, no ya solo de la noche que habíamos pasado, sino de los varios días que llevábamos sufriendo terremotos.
El diario IDEAL publicada en la primera página del día 1 de agosto lo siguiente:
Recuerdo que un vecino que se encontraba apoyado en la baranda del balcón en la calle Fontiveros, me decía que no ha vuelto a apoyarse en la baranda desde aquel día, en que le pareció que iba a dar con el bloque de enfrente.
Yo me puse a descongestionar el frigorífico para apagarlo y creía que se me caía encima.
La prensa publicaba que, "mucha gente del Zaidín se fue a los llanos de Armilla buscando un lugar seguro, sin saber que el epicentro de la mayoría de los terremotos estaba precisamente en la zona de la Vega".
Todo quedó en un susto. Mejor dicho, en todos los sustos que nos dieron las distintas réplicas que durante varios días se repitieron. Porque repasando las estadísticas, estos terremotos no se registran como los más importantes.
Hoy, 35 años después, recordamos aquella fecha. Y muchas personas la recordarán también como vivieron aquellos días y aquellas noches.
